Se supone que las niñerías quedan atrás una vez maduramos, pero cuando se trata de hacer ejercicios, somos capaces de inventar tantas excusas tan rápido que lucimos como niños de 7 años explicándole a mamá por qué no nos queremos comer nuestras verduras.
¿Cuántas veces una amiga o amigo te ha invitado a hacer ejercicios y le has dicho que no puedes por…?
Lo que más sorprende es que las razones que damos para NO hacer ejercicios parecen ser siempre las mismas indiferentemente de la persona a la que se pregunte. Más que razones válidas, parecieran síntomas de una misma enfermedad llamada ¡No querer hacer ejercicio!
Pero la verdad es que todos quisiéramos poder lucir un cuerpo esbelto, saludable y que sea agradable a la vista. Entonces, ¿por qué las excusas? Pues la razón es que la primera batalla que debe ganarse para comenzar a perder esos rollitos se libra internamente, no en el gimnasio.
Por eso aquí no solo te decimos las 5 excusas más comunes sino cómo sobreponerte a ellas.
1. Se gasta mucho dinero
Pues…no. La verdad es que no necesitas un traje especial, ni calzado especial, tampoco un espacio o maquinaria especial para esculpir una figura atlética y ser saludable. Aunque de todas las excusas ésta es la más válida pues su argumento tiene una base sólida; los gimnasios y también los entrenadores personales que usan el ejercicio como un medio para ganarse la vida les interesa vender su “marca” para poder generar ingresos. Sin embargo, cometen el grave error de bombardear a la persona que recién acaba de ganar esa batalla interna consigo mismo y por fin ha decidido ejercitarse. Catálogos repletos con suplementos cuyo nombre tiene más números que letras, comidas que no sabías que existían y un sinfín de ejercicios, cada uno de ellos para un músculo específico por lo cual necesitas una máquina específica, todo ello y mucho más; cualquiera entra en pánico ante tal sobrecarga de información.
Pero lo cierto es que incluso en la comodidad de tu casa puedes hacer ejercicios con los que esculpirás tu figura, sin necesidad de pesas ni máquinas; tampoco debes tirar a la basura todo lo que hay en tu nevera y comprar inmediatamente cada producto de la dieta que ellos demandan, así como los suplementos alimenticios que ellos recomiendan específicamente. Haz esto gradualmente, comienza por evitar las grasas saturadas y poco a poco terminarás comiendo sano. Quieres verte y sentirte saludable, no ser físico culturista.
2. Antes podía, ahora soy madre/padre
Hacer ejercicio nunca ha sido ni será un acto egoísta, de hecho, en compañía de alguien se convierte en una experiencia aún más fácil de llevar pues al momento de llegar a esas últimas repeticiones o esos últimos segundos en los que debes empujar tu cuerpo y mente al límite esa persona junto a ti te dará sus ánimos, su energía para que puedas lograrlo y, una vez lo logras juntos podrán celebrar. Por ello, si esa persona junto a ti es el sol de tu vida ¿cómo es que no puedes hacer ejercicio? Ejercitarte con ellos no sólo afianzará sus lazos emocionales, sino que desde muy pequeño podrás inculcarle la importancia de tener un cuerpo sano y cómo lograrlo.
3. Mis días me exigen mucho, no tengo energías
Puede que incluso suene lógica esta razón; pero por contradictorio que parezca el hacer ejercicios te hará sentir más lleno de energías. La rutina diaria por lo general se resume en estrés laboral, comida a deshoras y contaminación. Todas éstas cosas juntas sólo nos hacen desear llegar a nuestras casas, darnos una buena ducha y sentarnos frente al televisor a pasar los canales sin ver nada en realidad.
Aunque así despejamos nuestras mentes, en realidad sólo estamos perjudicando a nuestro cuerpo. Hacer ejercicio no sólo despejará nuestras mentes, también ayudará a expulsar todas las toxinas acumuladas; así, cuando hagamos nuestro ciclo de hidratación más que sentirnos frescos nos estaremos renovados, siendo capaces de afrontar otras ocho horas de actividad ¿tal vez nocturna? Nunca está demás irse de fiesta.
4. Me da vergüenza que los demás me vean
Este miedo a ser juzgado es uno de los tantos problemas de salud que afectan a las personas las cuales llevan una vida sedentaria: la falta de autoestima, y es que una persona con suficiente confianza en sí misma no se preocupa si hace el ridículo en el karaoke, en la pista de baile o en el gimnasio; este problema ocurre cuando comenzamos a compararnos con los demás y nos damos cuenta que estamos muy por detrás de ellos; la clave es no comprarte con otros sino con el tú de ayer, o de la semana pasada, o el de hace un mes; evalúate en función a tu propio progreso, no al de otros que te llevan años de ventaja.
No tienes por qué comenzar corriendo los 1000 km, por el contrario, comienza dando pasos de bebésin prisa, pero sin pausa. Así verás que un día te dirás “hoy voy a salir a trotar” y aunque la vergüenza no la perderás tan sólo pisar la calle, notarás que la gente puede ser muy solidaria, escuchando música tu música favorita y con el paso de los días ya tendrás tanta confianza en ti que intimidarás a otros con tu simple aptitud como al principio te pasaba, entonces será hora de que seas tú quien se muestre solidario.
5. No tengo tiempo
La más común y al mismo tiempo la menos válida de todas las excusas que podemos dar. Existen rutinas de ejercicios que puedes hacer en la comodidad del piso en tu casa sin necesidad de colchoneta o máquinas, dichas rutinas explosivasduran de 5 a 8 minutos; hacerlas parte de tu rutina 6 veces por semana te dará ese cuerpo atlético y sano que tanto deseas.
Si insistes en la típica frase “no tengo tiempo”entonces tienes un serio problema administrando tu día; pues prácticamente no puedes incluir una nueva actividad sin renunciar a otra ¿me estás diciendo que si el tráfico te retrasa durante el día entonces esa noche no te cepillas los dientes ni te duchas para poder compensar el déficit de tiempo? Créeme, tienes tiempo para ejercitarte.