La verdad sobre la comida chatarra ¿nunca se pudre?

El proceso de descomposición es algo normal que ocurre a todas las cosas mundanas incluidos nosotros, con algunas excepciones claro, como el plástico y… ¿la comida?

Pues muchos son los mitos que se han dicho sobre algunos alimentos, frases como no te tragues el chicle o se quedará pegado de por vida en tu estómagono son 100% verdad, pero tampoco son 100% mentira.

Y por supuesto, aquellos con una curiosidad científica innata en algún momento habrán hecho la prueba de fuego con un Cheetos.

Aunque sólo con estos dos productos podríamos abrir una mesa de debate, lo que realmente queremos mostrar aquí y ahora es la capacidad que tiene la comida chatarra para perdurar a través de los años. Y es que, en 2009 debido al declive de la economía, la franquicia de comida Mc Donald’s cerró sus puertas en Islandia, así que para conmemorar esto, la persona que compró la última hamburguesa en lugar de comerla decidió exhibirla.

¡Lo sorprendente de todo es que dicha hamburguesa nunca se pudrió! Y no se debe a un trato especial con conservantes, cualquier hamburguesa corriente de Mc Donald’s puede perdurar de ésta manera ¡y también las papas!

Han sido muchas las teorías, pero las que mayor peso tienen son más simples de lo que imaginamos, pues no se debe a un súper químico conservante usado por la franquicia sino a la proporción de la carne con respecto al pan y a la cantidad de sal que usan los empleados al condimentar estos alimentos.

vidayestilo.terra.es

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Viajando un poco atrás en el tiempo

Antaño cuando no existían neveras las carnes se conservaban mediante el proceso de deshidratación, e incluso hoy en la actualidad podemos encontrarnos en las playas un vendedor de pescado conservado en sal.

Lo mismo ocurre con las famosas hamburguesas y las papas fritas que no mueren.

El sodio es el mineral conservante por naturaleza, y una hamburguesa de éstas puede llegar a tener (según lo indica la misma tabla nutricionista de Mc Donald’s) 1804 mg de sodio, si agregamos las papas fritas y la bebida; podemos concluir que en uno solo de estos combos estaríamos ingiriendo más de la cantidad diaria recomendada de sodio para una persona adulta, que es 3000 mg.

Si a esto agregamos que la hamburguesa es mucho más pequeña que las mitades del pan, tenemos el escenario perfecto para que la carne se deshidrate totalmente antes de que las bacterías responsables de la putrefacción, la falta de humedad junto a un exceso de sodio (recordemos que las papas son también saladas en exceso) la comida prácticamente se momifica y es por eso que vemos hamburguesas como la que está en Islandia, que tienen más de 6 años en un plato sin descomponerse.

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